CARTA ABIERTA AL COLEGIO MIGUEL MEDINA CON MOTIVO DE MIS 25 AÑOS REALIZANDO MI LABOR DOCENTE EN ÉL.

                                                      


    Querido y respetado Colegio Miguel Medina:

   En este mes de septiembre se han cumplido ya 25 años desde que me incorporé a tu plantilla, compuesta de excelentes maestros y maestras. Casi toda una vida profesional que, una vez que ha pasado, me parece corta.
   Son muchos recuerdos los que de pronto se me agolpan, la mayoría buenos momentos, otros no tan buenos y unos pocos demasiado dolorosos.
   También son muchos los compañeros y compañeras que de pronto también se agolpan en mi pensamiento, eso sí, todos buenos y muchos de ellos, todavía mejores. Los primeros porque fueron mis verdaderos maestros en esta profesión, a los que no nombro por si olvido alguno. A esos los trataba con respeto, cariño y admiración y de ellos pude aprender  casi todo lo que hoy puedo transmitir.
   A pesar de mi primera “entrada” a tu edificio, preocupante como la de todos, por tu aspecto físico tan descuidado, pronto me di cuenta de que estaba en un lugar especial, un Colegio que tiene “como un aire de no se que”, ¿verdad Carmen María?, que hace que todo el que llega pueda pronto adaptarse y encontrarse como si llevara en ti muchos años ya.
   A mis compañeros y compañeras de mi etapa central, los recuerdo como aquellos con quienes compartía inquietudes, experiencias y tareas, ya “de tú a tú”, porque ya me consideraba miembro tuyo. Pensaba que ya había hecho  méritos para serlo. ¡Qué ingenuo!, si tú, desde el primer momento nos acoges a todos.
   De entre los buenos momentos que recuerdo con agrado y por tanto echo de menos, supongo que en parte porque coinciden con mi juventud, son las competiciones del Deporte Escolar, los once años entrenando los equipos de Voleibol, aquellos “duros” pero añorados Viajes de Estudio por los Pirineos, las Semanas Culturales, los Carnavales, mis buenas relaciones con la asociación de madres y padres y los logros conseguidos conjuntamente, y por supuesto las muchas celebraciones que junto a mis compañeros y compañeras pude compartir.
   Pero estos 25 años contigo, aunque cortos, también me pesan. Me pesan las actitudes intolerantes de aquellas personas que no dan a la profesión del maestro/a la importancia que merece, me pesan las críticas injustas hacia mis compañeros/as de profesión, me pesan los recortes en algo tan imprescindible como la educación, me pesa la mala educación, la falta de respeto, tanto papeleo, me pesa este nuevo edificio, tan excelente pero tan exigente, distinto al otro tuyo y al que poco a poco vamos llenando de ese “aire de no se qué” que lo hace tan especial.
   Los momentos dolorosos están principalmente relacionados con aquellas personas queridas y ya ausentes, compañeros como José Lorente, Pedro Jiménez, Andrés Garro y Carmen Guerrero, alumnos como Vicente, Ángel, Tomás, Pilar y espero que ninguno más.
   Una tercera etapa de estos 25 años está relacionada con el desempeño de mi labor en la dirección del Centro, en la que he intentado transmitir lo que de otros/as aprendí y sobre todo el ambiente de respeto, confianza y tranquilidad que siempre debe reinar en nuestro lugar de trabajo.
   Aprovecho el hablar de esta etapa para agradecer a mis compañeros en las tareas directivas la implicación, la profesionalidad y la dedicación con que han realizado su trabajo, sin su colaboración, seguro que esta celebración no habría tenido lugar por falta de años. Recuerdo con mucho agrado las destacadas Semanas Culturales, los belenes y teatros de Juan Pedro,  los Coros de Juanfran y Silvia, mis recitales con Carmen María, Paola, Silvia y Noemí y tantas y tantas actividades que te han dado vida durante tantos años.
   Hoy he querido celebrar este aniversario con mis compañeros/as actuales, otra excelente plantilla que seguro sabrá mantenerte en el lugar que te corresponde y a los que agradezco sinceramente la preparación y la acogida recibida en esta fiesta.
   Espero haber sabido hacerles ver mi sentimiento al pertenecerte durante estos 25 años, y espero que unos cuantos más. No se si habré sabido explicarlo bien, pues creo que la emoción altera un poquito los razonamientos y el lenguaje.
   Me he preguntado cuál puede ser la causa de haber permanecido a tu lado durante tantos años, a 25 km de casa y es que cuando te encuentras con personas que valoran lo que haces y valoran tu manera de ser, ya sean alumnos, padres de alumnos, compañeros/as e incluso alumnos/as que ahora son compañeros/as, eso hace que te sientas orgulloso de tu labor y de tu profesión. Eso ha hecho que todas esas personas sean muy importantes en mi vida. Ahí está la respuesta: las personas son la causa de estos 25 años.
   Entre estas personas debo citar a mi mujer y a mis hijos, principales perjudicados en mi dedicación hacia ti, que tantas y tantas horas perdieron de mi compañía y que lo aceptaron, cogiéndote incluso cariño, a pesar de esas horas sin mí. Gracias por permitirme realizar mi trabajo con tranquilidad y confianza.
   Pero ya han pasado estos años, ahora toca volver al trabajo. Espero disfrutar contigo y con mis compañeros/as unos cuantos añitos más.

¡Muchas gracias por todo!

(Miguel Aroca Bernal, Archena, 27 de septiembre de 2018)

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